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Micología

Bulgaria inquinans

Bulgaria inquinans

Burgaria inquinans sobre un tocón de melojo. Orzonaga. Foto: ENABIO.

 

Puccinia hordei-maritimi

Puccinia hordei-maritimi

Puccinia sobre hojas, tallos y peciolos de Clematis vitalba. Foto tomada en el soto fluvial del Río Bernesga a su paso por León. Foto: ENABIO.

 

   Puccinia hordei-maritimi es un hongo del orden uredinales (las conocidas royas), es decir un fitopatógeno de ciclo heteroico o heteroxeno que necesita dos huéspedes vegetales para completar el ciclo vital. Parásito de algunas gramíneas donde desarrolla la fase sexual o teleomorfa del ciclo y de la clemátide (Clematis vitalba) sobre la que desarrolla la fase asexual o anamorfa (en la foto).

   El tallo o el envés de las hojas infectadas se hinchan y crecen unas pústulas naranjas en forma de canastitas denominadas ecidios, un tipo de soros. Puccinia hordei-maritimi tiene diversos sinónimos, el más conocido Aecidium clematidis, el nombre con que era conocida la fase anamorfa sobre la clemátide como deuteromicete, antes de relacionarse con la fase teleomorfa del ciclo como roya de gramíneas. 

 

Envenenamientos con Lepiotas mortales

Envenenamientos con Lepiotas mortales

Lepiota brunneoincarnata. Foto: ENABIO.

 

Algunas pequeñas lepiotas de elevada toxicidad están causando estragos este otoño. Es el caso de la  Lepiota brunneoincarnata que fructifica en bosques, bordes de caminos, y –característicamente- en céspedes de jardines y parques urbanos en determinadas condiciones meteorológicas (mucha humedad por lluvias reiteradas y un retraso en la llegada del frío invernal, como ha sucedido esta temporada).

Ha tenido notoriedad pública la reciente hospitalización de al menos media docena de personas, cinco en Cataluña (una de ellas fallecida) y una sexta en Huesca, aunque es seguro que habrá muchos otros casos no tan graves que no han trascendido.

La especie se caracteriza por presentar el pie con anillo fugaz o cortiniforme, con restos escamosos por debajo de colores vinosos y cutícula del sombrero con escamas de tonos purpúreos.

La intoxicación por Lepiota brunneoincarnata empieza a notarse a las 6-8 horas de comerla, con fuertes dolores gastrointestinales, vómitos y diarreas. Al cabo de unas horas los síntomas remiten, lo que lleva a creer a algunos intoxicados que ya se les está pasando la indigestión, descartando acudir a urgencias. En realidad, a partir de ese momento comienzan los efectos más graves, porque el tóxico ya se ha absorbido y empieza a dañar células del hígado, pudiendo causar necrosis masivas y coma hepático, siendo incluso preciso un trasplante de hígado urgente, sólo cinco días después de la ingesta.

El conjunto de síndromes clínicos que se producen tras la ingesta de especies tóxicas suele clasificarse según el tiempo de presentación de síntomas. Se sabe que estas lepiotas son tóxicas desde el siglo XIX, pero no se supo que contenían la misma toxina que Amanita phalloides hasta los años 70.  En este caso se trata del conocido como síndrome faloidiano, el más frecuente de los de aparición tardía (6 a 15 horas) y que es producido por los géneros Amanita (phalloides, verna, virosa…), Lepiota (brunneoincarnata, helveola, pseudohelveola…) y Galerina (marginata, autumnalis…). La toxicidad es debida a la presencia de amatoxinas: ciclopéptidos termoestables (resisten la cocción y la desecación), que bloquean la enzima RNA polimerasa II inhibiendo la síntesis de RNAm y por lo tanto la síntesis de proteínas.

Así que, recordemos una vez más el clásico comentario: "todas las setas se pueden comer (¡!)...al menos la primera vez".

 

Por los hayedos de Sajambre

 

Una visita a los hayedos de Sajambre (cara norte del puerto del Pontón, Soto de Sajambre, Vegabaño,...) en pleno mes de Agosto puede permitirnos disfrutar de la extraordinaria biodiversidad de estos bosques, especialmente si las lluvias han sido frecuentes a lo largo del verano.

Nos encontramos (aquí, en la cabecera del valle de Sajambre o en el cercano bosque de Peloño, ya en el municipio asturiano de Ponga) ante algunos de los mejores hayedos del norte peninsular.

Estas zonas montañosas, cuando el substrato es ácido, se encuentran pobladas por un denso hayedo (Blechno spicanti-Fagetum sylvaticae), dentro del cual se intercalan algún roble albar o algún abedul. 

Mientras los prados de siega aparecen floridos con abundancia de cólquicos (Colchicum autumnale), malvas (Malva moschata) y brunelas (Prunella grandiflora), al adentrarnos en el hayedo la situación cambia drásticamente. Aquí el ambiente umbrío limita al extremo la presencia de herbáceas acompañantes. Tan sólo especies muy concretas como la orquídea Neottia nidus-avis, la especie Monotropa hypopitys (espárrago borde, chupapinos), ambas saprófitas, o las circaeas (Circaea lutetiana) aparecen en esta época del año en los hayedos.

En los bordes de bosque florecen los murages amarillos (Lysimachia nemorum). Fresas (Fragaria vesca) y arándanos (Vaccinium mirtyllus) entretienen nuestra marcha.

La diversidad de setas es, en cambio, extraordinaria: 

  • Boletales como el boleto de verano (Boletus aestivalis), Boletus erythropus, Boletus calopus, Gyroporus cyanescens, Xerocomus subtomentosus o Strobilomyces strobilaceus.
  • Tricolomatales como Hygrophorus eburneus, Marasmius alliaceus, Oudemansiella radicata, Oudemansiella mucida, Laccaria amethystina, Amanita vaginata, Amanita rubescens o Amanita pantherina.
  • Cortinariales como Agrocybe praecox, Cortinarius praestans o Cortinarius cinnabarinus.
  •  Rusulales como Lactarius blennius, Lactarius pallidus, Lactarius piperatus, Lactarius fuliginosus, Russula foetens o Russula cyanoxantha var. peltereaui.
  • Gasteromicetos como Lycoperdon pyriforme o Lycoperdon echinatum.
  • Ascomicetos como Helvella lacunosa.
  • Afiloforales como Fomitopsis pinicola, Ganoderma applanatum, Trametes hirsuta, Coltricia perennis, Cantharellus cibarius, Cantharellus tubaeformis, Craterellus cornucopiodes, Hydnum repandum, Ramaria flava o Ramaria botrytis, entre otras especies.

Debe notarse que hasta cinco de los taxones citados (Gyroporus cyanescens, Strobilomyces strobilaceus, Cortinarius praestans, Rozites caperatus y Ramaria botrytis) se encuentran incluidos en la propuesta de Lista Roja de macromicetos ibéricos amenazados, lo que de alguna manera está dando cuenta de la excelencia natural de estos bosques.

 

Hypholoma sublateritium: tóxica y medicinal

Hypholoma sublateritium: tóxica y medicinal

Hypholoma sublateritium creciendo de forma fasciculada sobre tocones de Quercus pyrenaica. Foto: ENABIO.

 

El Hifoloma rojizo (Hypholoma sublateritium) es una especie relativamente común en los bosques de planifolios de la Península Ibérica como melojares (Quercus pyrenaica) o hayedos (Fagus sylvatica) y es considerada mayoritariamente por la bibliografía como tóxica (o, al menos, fuertemente sospechosa de toxicidad). Al igual que Hypholoma fasciculare, su acción tóxica sería de tipo gastrointestinal, por lo que el consumo de esta seta debe ser completemente desaconsejado.

La especie presenta no obstante notable interés al obtenerse de ella una sustancia de uso farmacológico, el ácido clavárico, compuesto triterpenoide con propiedades antitumorales. El ácido clavárico forma parte de un grupo de sustancias conocidas como inhibidores de la farnesil-transferasa que, tanto sintéticos como obtenidos de hongos y plantas, tienen un amplio campo terapéutico en el tratamiento de tumores.

Se sabe que las proteínas Ras se anclan a la membrana de las células por prenilación (adición de moléculas hidrofóbicas) y son un elemento clave en muchas rutas donde la unión de factores de crecimiento con sus receptores celulares provoca diferentes vías de transducción de señales, entre otros, efectos mitogénicos que afectan a la proliferación y diferenciación celular. Esto explica las consecuencias que pueden tener las mutaciones en la familia de proto-oncogenes Ras y el papel desempeñado en general por genes y proteínas Ras en el desarrollo del cáncer.

Las proteínas Ras precisan de una transformación o maduración que las convierta en proteínas biológicamente activas y esta modificación consiste en una farnesilación que permita a la proteína anclarse en su sitio correcto en la membrana celular. Al ser la farnesil transferasa la enzima que facilita este anclaje, el ácido clavárico actúa impidiendo que las proteínas Ras se unan a la membrana, con lo que no pueden mantenerse las señales regulatorias de proliferación.

El ácido clavárico de Hypholoma subleteritium es sólo un ejemplo del enorme potencial de los hongos como fuente de principios activos de uso farmacológico.

 

Leer más: Hypholoma sublateritium y la biotecnología

Setas del soto fluvial de la Presa del Bernesga en San Andrés

Setas del soto fluvial de la Presa del Bernesga en San Andrés

Crespillo o colmenilla menor (Mitrophora semilibera)

 

En el espacio natural se encuentran numerosas especies propias del mosaico de prados y aquellas otras que son características del bosquete de ribera.

  

Así, en los prados encontramos:

  • Lepiotas (Macrolepiota procera, Macrolepiota rhacodes),
  • Champiñones (Agaricus campestris),
  • Lepistas como el pie violeta (Lepista personata) o la seta de brezo (Lepista panaeola), ambas comestibles. 
  • Senderuelas (Marasmius oreades),
  • La interesante especie Amanita vittadinii (incluida en la lista roja de especies amenazadas)
  • Otros hongos ligados a los excrementos del ganado que todavía hoy pasta en estos prados (como Anellaria semiovata o Stropharia semiglobata).

 

En el bosque de galería observamos:

  • Sobre tocones de chopo:
    • las conocidas como setas de chopo, tanto Agrocybe aegerita como Pleurotus ostreatus.
    • la llamada seta de la risa (Gymnopilus spectabilis).
    • foliotas (Pholiota gummosa)
    • armillarias (Armillaria mellea) 
    • poliporos (Polyporus squamosus).
    • yesquero del chopo (Fomes fomentarius)
  • Varios afiloforales crecen sobre las paleras (Salix spp.) como  Phellinus ignarius y Ganoderma applanatum.
  • En las choperas de producción aparece con frecuencia Lactarius controversus.

 

Específicamente primaveral debe citarse la presencia en la misma ribera de la Presa del Bernesga del crespillo o colmenilla menor (Mitrophora semilibera).

 

Recorrido otoñal por Hoyocasero

Recorrido otoñal por Hoyocasero

Cortinarius orellanus produce intoxicaciones con largo periodo de latencia

 

El Pinar de Hoyocasero se encuentra en la cuenca del río Alberche, entre las sierras de Gredos y La Paramera y es un espacio Natura 2000 (Lugar de Interés Comunitario ES4110020).

Con un rango altitudinal comprendido entre los 1200 a los 1400 metros, las principales formaciones forestales del espacio son un pinar con grandes ejemplares de Pinus sylvestris acompañado de un joven melojar de Quercus pyrenaica. 

El enclave conjuga elementos típicos de monte y matorral mediterráneo, elementos florísticos eurosiberianos y elementos ibéricos de montaña. 

Entre las plantas más interesantes que pueden observarse en primavera se encuentra la flor del viento (Pulsatilla alpina subsp. apiifolia), especie acantonada aquí lejos de su óptimo septentrional, así como las también eurosiberianas lirio de los valles (Covallaria majalis), falangera (Anthericum liliago) y azucena silvestre (Lilium martagon). Entre la flora mediterránea destacan por la escasez en otras zonas del sistema central el lirio español (Iris xiphium) y la lechetrezna de Sierra Nevada (Euphorbia nevadensis).

En esta ocasión un pequeño recorrido otoñal por el pinar nos permitió observar algunas especies de hongos de cierto interés, entre otros: Sarcodon laevigatus, Amanita pantherina, Paxillus involutus, Collybia erythropus, Clitopilus prunulus, Chroogomphus rutilus, Suillus bovinus, Leucopaxillus candidus….por citar sólo algunas. Muy frecuentes resultaban varias especies de Ramaria (entre ellas, Ramaria botrytis) así como Tricholoma equestre y Lactarius deliciosus. No obstante, el hallazgo más notable fue la presencia de Cortinarius orellanus, especie no muy frecuente que ha llegado a incluirse en la lista roja de hongos amenazados.

En nuestro paseo observamos una gran abundancia de pies de planta de la Leuzea mayor (Stemmacantha exaltata; = Leuzea raponthicoides), planta de talla impresionante si se compara con su pariente la cuchara del pastor (Leuzea conifera). Este endemismo ibérico fue descrito por primera vez precisamente en este Pinar. También observamos varias peonías con el fruto ya maduro (en el lugar aparecen tanto Paeonia broteroi como Paeonia officinalis subsp. microcarpa).

 

Leer más: 

García Jiménez, Prudencio y otros. Catálogo micológico preliminar del Pinar de Hoyocasero (Avila). Ediciones Universidad de Salamanca Stud. bot. 19, 2000, pp. 113-122.

Artículo Catálogo preliminar Hongos Pinar Hoyocasero

Agaricus bitorquis

Agaricus bitorquis

Agaricus bitorquis

 

Muchas especies de seres vivos han sido capaces de adaptarse a ambientes urbanos o semiurbanos. Los conocemos en todos los grupos biológicos: animales, plantas y también hongos.

Agaricus bitorquis se encuentra entre aquellas especies de hábitat semiurbano capaz de fructificar y crecer incluso bajo el asfalto. La especie se encuentra muy bien caracterizada, además de por su hábitat, porque el velo general se abraza al pie formando una volva cuya parte superior termina generando un anillo con dos torques o brazaletes, hecho que ha dado nombre al taxón.

Esta especie es asombrosamente capaz de fructificar en los lugares más insospechados de nuestras ciudades: alcorques, juntas de dilatación de las aceras, bordes de carreteras o bajo el mismo asfalto.

La escleroderma estrellada (Scleroderma polyrhizum) es una especie nitrófila que fructifica en zonas arenosas y que presenta una ecología similar, apareciendo con frecuencia en bordes de caminos y carreteras (a veces, abriéndose paso también a través del asfalto).

La capacidad para enfrentarse a la severidad del medio urbano ha sorprendido desde hace mucho tiempo a los naturalistas y ha sido incluso objeto de reflexión filosófica. El pensador alemán Arthur Schopenhauer en su intento por encontrar en los descubrimientos de las ciencias naturales de la época una confirmación de su metafísica, cita y comenta en la obra Sobre la voluntad en la naturaleza como ejemplo notable el siguiente párrafo extraído del Times del 2 de junio de 1841: "El jueves último se llevó a cabo en una de nuestras calles más concurridas una hazaña de género enteramente nuevo, tres o cuatro grandes hongos que en sus vehementes esfuerzos por brotar al mundo visible, levantaron una gran losa".

Es sólo un ejemplo de esas pequeñas hazañas de lo vivo.