Laguna de las Carrizas
Dia 7 de mayo de 2010. Aula de la UNED de San Andrés. "El debate sobre la Laguna de las Carrizas tiene mucho que ver con una idea que ahora se está impulsando desde la Unión Europea, la idea de “ciudad lenta”. ¿Qué modelo de ciudad queremos? (...) Y dentro de este debate es preciso señalar el valor de las formaciones palustres como la que nos ocupa, así como del mosaico de prados-setos y laguna.
(...) Tenemos el deber de proteger la excelencia biológica allí donde se encuentre y al nivel en que se encuentre. La biodiversidad no se protege sólo preocupándose por el Delta del Okavango en el norte de Botsuana, o por el Delta del Ebro, o por Doñana. Se protege también en esta pequeña laguna periurbana que es un ejemplo precisamente de lo pequeño con excelencia. Y lo mismo podemos decir del soto fluvial que acompaña a la presa del Bernesga. Ha de conservarse, de la misma manera que se ha hecho en otros lugares, por ejemplo, el Soto Rochapea de Pamplona.
(...) Hoy está superada esa manera de concebir la conservación como protección de espacios “archipiélago”. Es necesaria una red viva de lugares de uso moderado repartidos en el territorio, con interconexión de dichos lugares.
(...) Urbanizar la laguna, transformarla en un parque con su estanquito sería convertirla en un sucedáneo, una versión absolutamente lamentable de un espacio natural valioso.
(...) Las lagunas juegan un papel importante en numerosos procesos ecológicos, desde la depuración a aguas hasta el control de avenidas. Además, lagunas como estás son “enclaves de educación”. Hoy que muchos niños han perdido el contacto con la naturaleza, que han perdido esa raíz con la tierra, es importante que dispongan de lugares para reencontrarse con ella, para aprender de ella. Para aprender, por ejemplo, que la vida es escurridiza y que no siempre se nos muestra como podemos verla en la televisión.
(...) Sabemos que el hombre no puede vivir sólo y en todo momento sobre hormigón. Si todo fuera hormigón a nuestro alrederor acabaríamos matándonos. Necesitamos el contacto con lo natural. Se ha llamado a esto biofilia.
(...) Pero, además, la Laguna de las Carrizas puede ser también un “lugar de ciencia”: para el anillamiento de aves, para estudiar el crecimiento vegetal, para entender los filtros verdes, para muchas cosas más.
(...) Observamos las libélulas y los caballitos del diablo y nos preguntamos ¿porqué son tan extraordinarios? La voracidad con que las larvas se emplean contra sus similares de mosca y mosquito, son el mejor control de las poblaciones de estos dípteros.
(...) Aunque la laguna no esté protegida, algunas de las especies presentes en ella sí lo están por las directivas aves y hábitat, estando presentes tanto hábitats como especies consideradas como "de interés comunitario".
(...) La explicación de los valores de las Carrizas no sólo hay que llevarla al terreno de la diversiad biológica, hay que llevarla al terreno de la cultura, al terreno de la educación, al terreno de las raíces de un pueblo. Un pueblo desraizado es un pueblo enfermo. Este es un debate en torno al hecho de que la excelencia de la naturaleza, aunque sea pequeña no debe perderse. No podemos dejar a un cuerpo como San Andrés del Rabanedo sin su corazón. Este es el mensaje que quiero transmitir, un mensaje que, desde luego, no sólo podría dar un profesor de zoología, sino cualquiera de vosotros. Lo que se tiene, los tesoros que se poseen, no se pueden arrojar por la borda."
Leer más:
