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Presentación de la conferencia: "Valores naturales de la Laguna de las Carrizas". José Andrés Martínez.

Presentación de la conferencia: "Valores naturales de la Laguna de las Carrizas". José Andrés Martínez.

Fotografía aérea del espacio natural

 

Dia 7 de mayo de 2010. Aula de la UNED de San Andrés.  A pesar de encontrarse desde antiguo en la toponimia y en la cartografía, son muchos los vecinos de San Andrés y de León que no saben dónde está la laguna. No se conoce su ubicación, pero tampoco la riqueza de flora y fauna de la misma. Con estas actividades queremos mostrar nuestra preocupación en torno al futuro de este espacio natural, preocupación que parte del hecho de que en el nuevo PGOU del Ayuntamiento de San Andrés el humedal es clasificado como suelo urbanizable, siendo afectado incluso por una carretera de nuevo trazado. Los valores naturales de esta laguna son incompatibles con las determinaciones del plan general: en primer lugar por la clasificación propuesta (suelo urbanizable en lugar de suelo rústico de protección natural); en segundo lugar por la fragmentación del hábitat que supone la carretera contemplada que supondrá además inevitablemente el drenaje del humedal. En cuanto a la clasificación propuesta (sistema general de espacios libres) debe precisarse que nos encontramos ante zonas verdes que lógicamente pueden incorporar acerados, asfaltados y donde se admiten construcciones diversas, mobiliario urbano, incluso aparcamientos.

Hemos considerado que desde un punto de vista de una sensata ordenación del territorio (el suelo no sólo es un recurso económico sino también ambiental) esta laguna debería ser clasificada como suelo rústico de protección natural. La defensa de esta clasificación urbanística no es un capricho. La Estrategia Nacional para la Conservación y el Uso Racional de los Humedales aprobado en 1999 a instancia del Ministerio de Medio Ambiente establece que la protección efectiva de estos espacios requiere de “su clasificación como suelo no urbanizable de especial protección, su deslinde como dominio público hidráulico, y su inclusión en los inventarios y catálogos pertinentes”. No hemos visto al Ayuntamiento de San Andrés avanzar en esa dirección. Todo lo contrario.

Hoy que se está intentando poner en valor los cauces fluviales históricos, comúnmente conocidos como Presas ¿qué decir de la Presa del Bernesga?. Constatamos que después de 800 años de historia –la presa es de origen medieval- este cauce está siendo estrangulado por el acoso urbanístico de los municipios de Sariegos, San Andrés y León. Realmente, se trata de un buen ejemplo del cuarteo y desestructuración de las vegas fluviales, de afección al paisaje ecocultural, histórico, de valor etnográfico, que supone este paisaje de prados y setos.

Las administraciones competentes deberían apostar por un proyecto de recuperación y uso público sostenible para la Laguna de las Carrizas como recurso educativo ambiental de altísimo valor, siempre bajo las premisas de respeto máximo a la naturalidad del espacio y mínima intervención. Esta laguna es una magnífica oportunidad para dotar a San Andrés y al alfoz de León de una zona natural de esparcimiento de alta calidad natural. El Ayuntamiento de San Andrés debería impulsar este proyecto e implicar, como no puede ser de otro modo, a la Confederación Hidrográfica del Duero y a la Junta de Castilla y León en ese objetivo. 

Muchos Ayuntamientos apuestan por poner en valor sus zonas húmedas. Por lo que se refiere a humedales periurbanos tenemos el ejemplo de Salburua, un sistema lagunar situado en un distrito residencial de Vitoria y cuya recuperación e integración dentro del anillo verde de la ciudad le ha hecho merecedor de la categoría de humedal Ramsar. Sería bueno que los gestores públicos conocieran estas experiencias.

Recordamos aquel texto de Passolini donde con nostalgia se refiere simbólicamente a la “desaparición de las luciérnagas” para caracterizar el punto de inflexión, el antes y el después del proceso de industrialización y desarrollismo desbocado que se estaba viviendo en Italia en los años 70 del siglo pasado: “El fenómeno fue fulminante. Al cabo de pocos años ya no había luciérnagas. Ahora son sólo un recuerdo, bastante desgarrador, del pasado, y un hombre viejo que tenga ese recuerdo no puede reconocerse a sí mismo de joven en los nuevos jóvenes y no puede ya tener las hermosas añoranzas de antaño”. 

Esta misma percepción la hemos tenido todos alguna vez y es, desde luego, muy acusada en los espacios naturales como este, en regresión y hoy casi ya semiurbanos. Pueden ser luciérnagas, nuestro cangrejo de río, las ranitas de San Antonio (cada vez más escasa en nuestras lagunas), o cualquier otra especie. No queremos que la flora y fauna que a continuación vamos a ver en el audiovisual sean pronto sólo un recuerdo del pasado.

Llama la atención la facilidad con que aceptamos en estos entornos urbanos actuaciones que consideraríamos inaceptables, inconcebibles en otros lugares. No es fácil defender una pequeña laguna a las afueras de una gran ciudad. Pero la conservación de la biodiversidad no siempre encaja con ese modelo generalizado de espacios naturales santuario. El caso de los anfibios es un buen ejemplo. Tenemos el derecho y el deber de defender esa biodiversidad empezando por los entornos más próximos, porque estamos defendiendo al mismo tiempo la calidad de vida y la habitabilidad de nuestras ciudades.

 Poder caminar por el soto mientras escuchamos el canto del cuco y del relinchón, es un privilegio. También lo es poder hacerlo a sólo unos minutos de la ciudad. No tenemos que llenar el depósito de gasolina del coche y recorrer kilómetros y kilómetros para disfrutar de un espacio natural. Es el ejemplo de un privilegio que no queremos perder. No tenemos por qué renunciar a él.

 

Leer más: 

Artículo Laguna de las Carrizas. Atrapada en la Incertidumbre. José Andrés Martínez García. Revista El Ecologista Nº 64- Primavera de 2010.

 

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