Envenenamiento con setas: la muerte de un experto
Amanita rubescens contiene hemolisinas termolábiles. Foto: ENABIO.
"Con las setas basta un solo error; la equivocación en la elección no da lugar a una segunda oportunidad, como no la tuvo aquel personaje al que autopsié, y cuyo levantamiento de cadáver me sorprendió. Era un hombre de edad mediana, con rasgos orientales, que apareció muerto en su casa sin que nadie hubiera tenido oportunidad de asistirle ni tratarle. Su domicilio correspondía al de un intelectual, pulcro, limpio, ordenado y con una rica biblioteca, en la que predominaban en varias lenguas, libros de botánica y que incluía una especial sección dedicada a las setas y hongos, todo un irónico conocimiento que no le sirvió de nada para evitar su muerte a causa de envenenamiento. Había ingerido un tipo de setas, cuyos restos encontré en su estómago junto a un cuadro hemorrágico difuso, de carácter hemolítico. Sorprendentemente, estos restos no se pudieron filiar, ni siquiera mediante los estudios microscópicos botánicos que se realizaron… Las muertes por setas que yo he estudiado solían tener todas un nexo en común: el de que los muertos eran todos unos expertos en su conocimiento.”
La muerte de un experto (Lo que me contaron los muertos). José Antonio García Andrade.
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