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Pingüino Patagónico o de Magallanes (Spheniscus magellanicus)

Pingüino Patagónico o de Magallanes (Spheniscus magellanicus)

Pingüino Patagónico o de Magallanes (Spheniscus magellanicus). Punta Arenas (Chile). Foto: Paulina González.

 

Rosalia alpina

Rosalia alpina

Rosalia alpina. Fotografiado en el valle del Arroyo Barbalín (Purón), Asturias. Foto: ENABIO

 

  Este bello cerambícido es una especie propia de los hayedos húmedos europeos: Europa Central y Meriodional, Cáucaso  y Transcaucasia. En la Península Ibérica se distribuye por la “zona del hayedo” (Álava, Asturias, Barcelona, Burgos, Cantabria, Girona, Guipúzcoa, Huesca, La Rioja, León, Lleida, Navarra, Soria, Vizcaya y Zaragoza).

  Las larvas se alimentan y desarrollan sobre la madera muerta de Fagus (aunque también en  Juglans, Fraxinus, Salix, Castanea, Quercus, Tilia, Alnus, Crataegus, y Ulmus; pero sólo en zonas de hayedo). Los adultos son diurnos y vuelan a pleno sol durante los meses de junio a agosto, sobre árboles y arbustos.

  Estatus de protección:

  •  Anexo II del Convenio de Berna.
  • Anexo II de la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad (especies de interés comunitario para cuya conservación es necesario designar zonas especiales de conservación), con carácter prioritario.
  • Anexo V de la citada Ley (especies de interés comunitario que requieren de protección estricta).
  • Lista de especies silvestres en régimen de protección especial del Catálogo español de especies amenazadas (Real Decreto 139/2011, de 4 de febrero).

 

Helicella itala

Helicella itala

Helicella itala fotografiado en el Pico La Polinosa (Macizo del Mampodre), cerca de la cumbre. Foto: ENABIO.

 

Pandoriana.

Pandoriana.

Argynnis (Pandoriana) pandora. Encinar de El Raso (Fontecha). Foto: ENABIO.

El Lagarto verdinegro y cambio climático

El Lagarto verdinegro y cambio climático

Lagarto verdinegro (Lacerta schreiberi). Foto: ENABIO.

 

El calentamiento global amenaza a los lagartos. Una investigación internacional con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas estima que en 70 años, el 20% de las especies de saurios podrían extinguirse como consecuencia del cambio climático. La investigación documenta un nuevo escenario de declive y extinciones a gran escala, que se suma al de los anfibios.

Estos animales presentan limitaciones fisiológicas que les impiden responder con celeridad al ritmo actual del incremento de las temperaturas, incremento que podría obligarles a permanecer parte del tiempo guarecidos en sus refugios. La estrategia inevitable para eludir los efectos del calentamiento global es que los animales cambien su distribución geográfica, tanto altitudinal como latitudinal. Esto ya se está observando en la actualidad en numerosas especies animales y vegetales. Pero esto no bastará para evitar la extinción de muchas saurios de montaña que, sometidos además a la competencia creciente con las especies de zonas más bajas, probablemente terminen quedándose sin hábitat a medida que asciendan en altitud.

La pérdida de diversidad de lagartos y lagartijas tendrá consecuencias en cascada para toda la cadena alimentaria, dado que estos reptiles son presa frecuente de un gran número de depredadores, tanto mamíferos como aves, además de otros reptiles. Asimismo, los propios lagartos depredan activamente sobre invertebrados y pequeños vertebrados.

Según el estudio, el cambio climático modificará la distribución de numerosas especies de saurios peninsulares, poniéndolas en peligro en muchos casos. De hecho se mencionan ya extinciones locales en Europa para una de nuestras lagartijas, la lagartija de turbera (Zootoca vivipara), algunas de cuyas poblaciones en Francia se han extinguido.

Otro ejemplo de impacto podría ser el lagarto verdinegro (Lacerta schreiberi), joya endémica peninsular que presenta poblaciones muy escasas y puntuales en el centro peninsular. Lacerta schreiberi habita en zonas de media montaña del Sistema Central y demás sistemas montañosos del noroccidente ibérico, con poblaciones relictas en los Montes de Toledo, y con densidades inferiores en el Sistema Central a las de la Cordillera Cantábrica. Su distribución se restringe a áreas con una precipitación superior a 800 mm, así como a zonas con influencia de clima atlántico que permitan el desarrollo de bosques caducifolios y arroyos montañosos. Esta especie requiere temperaturas frescas y humedad y, por ello, se considera que las poblaciones de algunas de las zonas mencionadas podrían ser firmes candidatas a desaparecer en un futuro próximo.

 

Leer más:  Estudio Ignacio De la Riva. CSIC.

Leptoglossus occidentalis: nueva especie invasora en la Península Ibérica

 

Este coreido neártico originario de la costa oeste de EEUU fue citado por vez primera en Europa en 1991 (norte de Italia). Actualmente se ha extendido por todo el continente: Suiza, Eslovenia, Croacia, Hungría, Austria, República Checa, Bélgica, Francia así como en las Islas Británicas. En la Península Ibérica se ha citado hasta ahora en Barcelona, Girona, Comunidad de Madrid, Jaén y Galicia.

Se ha encontrado sobre diferentes sustratos arbóreos, como Pinus, Abies, Juniperus, Cedrus y, en Europa, también sobre Pistacia vera (Pistachos).

Se desconoce su posible impacto sobre otras especies autóctonas de chinches que se alimentan fundamentalmente de coníferas (como Orsillus spp. o Gastrodes spp.). No obstante, teniendo en cuenta los posibles daños que podría originar en medios forestales (en Canadá, Estados Unidos y México constituye una plaga de las coníferas) se considera conveniente hacer un seguimiento de la especie.

El coreido podría ocasionar daños a las masas forestales de pinares ya castigadas por otras plagas.

 

Leer más: Una chinche invasora en la Comunidad de Madrid: Leptoglossus occidentalis Heidemann, 1910 (Hemiptera: Heteroptera: Coreidae). M.A. Vázquez y Miguel Costas.