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Libro recomendado: Montañas de una vida. W. Bonatti.

Libro recomendado: Montañas de una vida. W. Bonatti.

Montañas de una vida. Walter Bonatti. Ed. Desnivel. 3ª ed. 2011.

 

“No existen montañas propias –ya se sabe-, sí existen sin embargo, experiencias propias. A las montañas pueden subir muchos otros, pero ningún otro podrá invadir jamás las experiencias que son nuestras y que como tales permanecerán”. Walter Bonatti.

 

Autobiografía sincera, llena de experiencias vividas con intensidad: la ascensión a la pared este del Gran Capucin, la expedición italiana al K2, el Pilar del Dru, el Gasherbrum IV, la solitaria invernal de la cara norte del Cervino…Pero Montañas de una vida nos desvela sobre todo por qué, en la cima de la gloria, Walter Bonatti decide inesperadamente dejar el alpinismo y dedicarse a la exploración de los territorios más apartados del mundo, como reportero del semanario Época.

“Hay momentos en la vida en los que se tiene necesidad de hacer balance, de hacer inventario de uno mismo, en lo bueno y en lo malo. Llegan momentos en que se quiere comprobar si las propias aspiraciones siguen siendo las mismas o en qué medida han cambiado. Para que el examen pueda servir tiene que ser general y despiadado, una valoración difícil que está a mitad de camino entre la simpatía ciega que se siente por uno mismo y el desprecio; entre la presunción de ser útil a alguien y el doloroso temor a no serlo. Pues bien, ha llegado el momento y veo otra vez todo mi pasado. (…) El 22 de febrero de 1965 concluía así un alpinismo vivido durante muchos años al filo de lo imposible. Al despedirme de “mis” cimas desde lo alto del Cervino, me había impuesto condiciones para garantizarme con aquel adiós el recuerdo más intenso. Y tanto fue así que, desde aquel día, más allá de las incomprensiones que han hecho difícil mi vida de alpinista, me acompaña la imagen edificante de aquella escalada. (…). Nada de lo que he hecho es importante, esto es obvio, pero me pertenece totalmente y me identifica. Soy, por lo tanto, mi propio modo de vivir y creo que esto incluye mi pensamiento, mis acciones y mis palabras. (…) Volver a las raíces para encontrar la atmósfera de la juventud, siempre ha sido para mí una necesidad. En lo que se refiere al Mont Blanc, lo he considerado siempre como una especie de padre que me ha dado valiosas lecciones. También me ha castigado alguna vez, pero conmigo no ha sido nunca demasiado severo. He vuelto asiduamente a sus valles y crestas y lo he hecho, creo, con el espíritu con que se vuelve al padre. Para dialogar, con todo el afecto y los recuerdos que un hijo busca.”

 

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