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Urbanismo y Medioambiente en el Alfoz de León.

Urbanismo y Medioambiente en el Alfoz de León.

Molino Recas (Villabalter)

 

La reciente aprobación de los Planes Generales de Orde nación Urbana de municipios como el de San Andrés del Rabanedo o Villaquilambre permite analizar con cierta perspectiva cómo se está configurando el urbanismo en el alfoz de la capital. En síntesis podría decirse que asistimos a una periurbanización imparable y al establecimiento de un área metropolitana polinuclear cada vez más sin solución de continuidad. Esta periurbanización es la causa de un sistemático cuarteo, desestructuración y simplificación de los sistemas naturales a lo largo de radios de acción cada vez mayores, tendencia que no parece en absoluto vaya a ser corregida.

Comencemos señalando que el Plan General de San Andrés del Rabanedo contempla incrementos desmesurados del suelo urbano no consolidado y del suelo urbanizable a costa de suelo clasificado actualmente como rústico, sin que existan previsiones demográficas ni económicas que justifiquen tal cambio de clasificación (resulta significativo el hecho de que en ninguno de los sectores de suelo urbanizable delimitados por las Normas Subsidiarias actuales se inició el procedimiento para su desarrollo). La situación es muy similar en el caso de Villaquilambre: la proximidad a la ciudad de León no justifica el desmesurado crecimiento de suelo urbano y urbanizable que plantea su Plan General. Y todo esto a pesar de que la nueva Ley 8/2007, de 28 de mayo, de suelo ha modificado el carácter residual del suelo urbanizable, de forma que su definición debería obedecer ahora a una clasificación responsable «sustentada en datos objetivos sobre necesidades reales» y a pesar de que, por lo tanto, al amparo de esta norma, únicamente podrá disponerse el paso de la situación de suelo rural a suelo urbanizado en los casos del «suelo estrictamente preciso para satisfacer las necesidades que lo justifiquen, impidiendo la especulación y preservando de la urbanización al resto del suelo rural».

Así, una concepción moderna de la ordenación del territorio y de la planificación urbana exigiría mantener las vegas fluviales en todo el alfoz como elementos naturales de sutura entre los diferentes núcleos urbanos. La realidad, en cambio, es que cada vez se clasifica como urbanizable más superficie de las mismas, con las consecuencias que esto tiene en términos de destrucción de suelo fértil y desaparición de estos valiosos ecosistemas.

Pongamos algunos ejemplos. En San Andrés del Rabanedo la Laguna de las Carrizas, un humedal próximo a la presa del Bernesga de notable interés natural, es ahora clasificado como suelo urbanizable dentro de un sector globalmente residencial. De este modo el Equipo de Gobierno incumple un acuerdo Plenario (de 27 de Junio de 2002) en el que se defendía la protección del espacio, entre otras medidas, con su declaración como suelo rústico de protección natural. Entonces se llegó a solicitar a la Consejería de Medio Ambiente su incorporación al Catálogo de Zonas Húmedas de Interés Especial. Hay sólidas razones para defender que los valores naturales de esta laguna, acreditados con varios informes científicos, son incompatibles con la calificación de suelo urbanizable, aun dentro de la categoría de Sistema General de Espacios Libres (zonas verdes donde se admiten construcciones diversas, equipamientos, mobiliario urbano, e incluso aparcamientos). Esta extensa laguna no puede quedar reducida -”en el mejor de los casos-” a un simple parque sino que es exigible el máximo respeto a su integridad y naturalidad. Su singular localización debe ser vista no como un obstáculo para el crecimiento residencial sino como una mejora para la calidad de vida en el mismo y una inmejorable oportunidad para su uso didáctico como recurso de educación ambiental. En fin, se trata de apostar por un diseño urbano de calidad y por la puesta en valor del humedal como patrimonio natural y cultural de municipio. El tiempo nos dirá el futuro que aguarda a esta laguna, así como al espléndido soto que la rodea. Los precedentes (recordemos lo sucedido con la laguna del Valle de Santiago) no invitan precisamente al optimismo.

En Villaquilambre por su parte, mientras en el Informe de Sostenibilidad se defiende la necesaria conservación del mosaico de prados y sebes y del ecosistema de vega fluvial ligado al río Torío y a las presas existentes, en la práctica la ordenación propuesta supone la desaparición de hecho de todos estos elementos en la principal área de crecimiento propuesta, al unir (terminando con el policentrismo actual) las localidades de Navatejera, Villaquilambre, Villarrodrigo, Villamoros y Villaobispo. Esta situación pone de relieve sin duda la ausencia de una verdadera voluntad de conservar estos espacios, pero también una falta de instrumentos adecuados de regulación y control ambiental. Y aquí es obligado advertir de la notoria insuficiencia de los procedimientos de evaluación de impacto aplicables al proceso de elaboración y aprobación de estos Planes (la conocida como evaluación ambiental estratégica). Es preciso dotar de mayor concreción a los Documentos de Referencia, otorgar un carácter verdaderamente vinculante a la memoria ambiental, así como contemplar previsiones en el supuesto de incumplimiento de sus prescripciones; de lo contrario el procedimiento se convierte en una mera representación -“eso sí, llena de formalidades-” en la que, hagan lo que hagan los distintos actores, el desenlace final está fijado de antemano.

Paradójicamente, lo que es una progresiva condena medioambiental del alfoz se presenta en cambio por parte de los ayuntamientos implicados como un ejemplo de «desarrollo urbano sostenible», expresión esta que se repite una y otra vez de forma ritual en los Planes Generales. Convendría sin embargo no llamarse a engaño: se trata tan sólo de un ejercicio de retórica legitimadora para permitir, con todos los parabienes, que se sigan destruyendo más y más nuestros modestos pero valiosos espacios naturales.

Andrés Martínez García. Publicado en el Diario de León. 21-12-2009.

 

Urbanismo y Medioambiente en el Alfoz de León. Andrés Martínez. Diario de León, 21-12-2009.

 

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